Terrorismo de Estado: Los relatos de tortura en Venezuela

“¡Abran, malditos! ¡Abran la puerta!”. A las 4:30 de la mañana del jueves 1 de junio, los gritos cargados de maldiciones y golpes a rejas y puertas, propinados por un centenar de hombres armados, vestidos de negro y con pasamontañas que apenas dejaban ver sus ojos, acabaron con el sueño de los habitantes del sector La Cruz, una pequeña zona popular enclavada en el bastión opositor del área metropolitana de Caracas, el municipio Chacao, al este de la capital venezolana.

Como si los gritos e improperios fuesen parte de un mal sueño, Alexander Escorche se levantó sobresaltado de la cama, sin entender nada. Por la insistencia se dirigió a la entrada principal de su casa y al abrir la puerta de madera que antecede a la reja, se encontró con un arma de fuego  que lo apuntaba a su cabeza y unas luces de linternas directas a su rostro. “¡Abre la puerta, maldito! ¡Ábrela, ábrela!”, le gritaban, pero entre el nerviosismo de buscar las llaves para que no le tumbaran la reja y asimilar que no era un sueño sino un real allanamiento a su vivienda, Escorche fue sorprendido por otro contingente que sí logró tumbar las puertas de la entrada secundaria a su casa, y entrar.

“Prácticamente me emboscaron, eran más de 10 hombres vestidos de negro como ninjas, sin identificación, dentro de mi casa y otros más desde afuera. Tumbaron la puerta y me sometieron”, cuenta Escorche. Lo tiraron al suelo, mejilla contra el piso y uno de los hombres montó su bota sobre el cuello, pisándolo, para que no intentara levantarse. Eran funcionarios de la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), pero de eso se enteraron cuando los efectivos se fueron, horas después, y algunos vecinos pudieron salir y ver los vehículos en los que se retiraban.

Este tipo de allanamientos violentos a viviendas, así como las torturas, los malos tratos a las personas detenidas en relación con las protestas antigubernamentales que se desarrollan en Venezuela desde el 1 de abril de este año, el uso generalizado y sistemático de fuerza excesiva y las detenciones arbitrarias contra los manifestantes, forman parte de un patrón de violaciones de derechos humanos que Naciones Unidas ha identificado en Venezuela, y los ha llevado a emitir un comunicado en días recientes, el martes 8 de agosto.

AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT

En él se presentan las conclusiones a las que han llegado un equipo de expertos desplegados por la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, quienes a distancia lograron entrevistar a 135 venezolanos, entre el 6 de junio y 31 de julio, incluyendo víctimas, familiares, testigos, paramédicos, abogados, organizaciones de la sociedad civil, periodistas, un funcionario de la Fiscalía General de Venezuela y la revisión de un informe enviado por el Defensor del Pueblo.  

Persecución a los manifestantes

Los funcionarios de seguridad que allanaron la vivienda de Escorche el 1º de junio, sin orden judicial, procedieron a hacerle un interrogatorio luego de someterlo, con preguntas que buscaban incriminarlo y que iban acompañadas de golpes y manotazos en la cabeza sin importar las explicaciones él les diera.

Me preguntaron ‘¿tú marchas?’, y les respondí que no, que si lo hiciera eso no era un delito pero que les aseguraba que no. Allí me dijeron que tenían videos donde yo salía marchando, que si me los mostraban, y les respondí que me lo mostraran porque yo no marchaba”. Aunque vive en el ojo del huracán de las protestas, a pocas calles de la emblemática Plaza Altamira, Escorche, de 36 años, explica que tiene un problema de salud que le impide hacerlo (un desgaste de los cartílagos de las rodillas). Eso se lo explicó a los funcionarios.

AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT

En el registro a su casa consiguieron una bandera de Venezuela debajo de su cama, envuelta junto a unos carteles de la gira de la cantante colombiana Shakira, del año 2006 (Escorche cuenta ser tan fanático de ella y que años atrás, cuando la situación económica de Venezuela era otra, procuraba ir a sus conciertos en el exterior).

“¿Esta es la bandera con la que marchas? Habla, maldito, habla. Tú eres guarimbero”, recuerda que le dijeron. “Guarimbero” es el término con el cual el chavismo califica a los opositores que protestan trancando calles y usan bombas caseras para enfrentar la los guardias que los reprimen. También lo negó entre los manotazos que recibía en la cabeza, y aclaró que la bandera estaba autografiada por un músico venezolano que acompañó a Shakira  en esa gira. Vieron la firma y descartaron esta “prueba”.

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