Por qué es necesaria una intervención de EE.UU. en Venezuela

Comienzo este artículo con una premisa fundamental: Venezuela se encuentra en las garras de una coalición compuesta por bandas delincuenciales narcotraficantes con fanáticos de extrema izquierda, un cóctel más que explosivo. Razón por la que defenderé este punto de vista: apoyo que Estados Unidos establezca un embargo petrolero y económico total hacia el régimen venezolano y lleve a cabo una intervención militar para derrocar la tiranía chavista.

Por Cesar Sabas Fuentes

Las sanciones son necesarias

Como ya sabemos, Venezuela se encuentra en una crisis humanitaria de grandes proporciones, y esta aumentará al pasar los días, independientemente de las sanciones económicas. Después de 18 años de socialismo la economía está en un estado tal que el país no cuenta con las reservas para cubrir ni siquiera el mínimo necesario de las importaciones que necesita el país. Y estoy claro que un embargo por parte de Estados Unidos hacia las importaciones de crudo procedente de Venezuela (algo que yo apoyo) adelantaría al inmediato la hambruna que de todas formas vendrá. Sin embargo parto de una premisa: es mejor combatir una tiranía pobre que una rica.

Estamos presenciando una lucha totalmente desigual: es desigual en apoyo popular, pero también desigual en armamento y equipos. Al régimen ya no le interesa conseguir voluntades sino utilizar la violencia contra la población. Una tiranía rica cuenta con las bases materiales para financiar sus cuerpos de seguridad, comprar equipos para reprimir y hasta para importar mercenarios de otros países como Cuba. Sin embargo, una tiranía pobre no podrá financiar la violencia organizada de la misma forma en que lo ha hecho el chavismo, mucho menos importar mercenarios cubanos. Es muy probable que una tiranía realmente pobre no sea del interés de Cuba o sencillamente no haya recursos para que Cuba pueda ir a socorrerla perdiendo así a su colonia petrolera. Tal vez desvaneciendo las bases materiales del régimen estaríamos presenciando el desvanecimiento del eje castrocomunista.

Las sanciones individuales no servirán

Moisés Naím recientemente redactó un artículo oponiéndose a un posible embargo petrolero por parte de Estados Unidos a Venezuela, y entre las razones citó la crisis humanitaria que aumentaría, la posibilidad de que EE. UU. le diera al régimen excusas para victimizarse como a una “solución” al caso que sería la aplicación de sanciones individuales a jerarcas del régimen, lo cual según Naím serían disuasorias. Sin embargo, la propuesta de Naím lejos de tener algún efecto, en mi opinión, sería una pérdida innecesaria de tiempo.

El régimen venezolano lucha una guerra existencial. En estos momentos no es tanto conservar el poder como conservar su existencia, su vida, la vida de cada uno de sus jerarcas. Como comencé diciendo, el drama de Venezuela es que el gobierno no es otra cosa que una coalición entre la izquierda fanática, que está dispuesta a dar su vida por ver instaurada una Corea del Norte en el Caribe, con un banda delincuencial narcotraficante, lo que ha hecho imposible cualquier salida democrática. Estos jerarcas delincuenciales, muchos con acusaciones formales, no pueden darse el lujo de perder el poder. Ellos ya no luchan por ganar dinero o por seguir gobernando, luchan porque simplemente no pueden limpiarse unas manos demasiado manchadas de sangre. En este sentido, conservar el poder es para ellos la única garantía de supervivencia.

Es ingenuo creer que quien tiene las manos manchadas de sangre va a ceder el poder, arriesgándose a ser juzgados por tribunales internacionales, simplemente porque les han bloqueado unas cuentas bancarias. Figuras como Tarek El Aissami, Diosdado Cabello, Nestor Reverol o Benavides Torres no buscan ya mantener abiertas sus cuentas en EE. UU. sino aferrarse cueste lo que cueste al poder.

Siempre habrá excusas

Si no son las guarimbas (jóvenes que protestan contra el régimen) es la especulación, si no es la guerra económica o pudiera ser Dolartoday también. En la China de Mao se decía que cuando hay la voluntad por condenar las pruebas terminan por aparecer. Total, no imponer un embargo para evitarle al régimen excusas a la hora de justificar su caos económico es no conocer la verdadera naturaleza del socialismo real.

NUNCA un régimen socialista ha reconocido su fracaso. No lo hizo Pol Pot, no lo hizo la Cuba de los Castro y no lo hará el régimen narcosocialista de Venezuela. Sancionen o no sancionen, los culpables del caos siempre serán la “burguesía” y el “imperialismo yankee”. Así que, una vez impuestas las sanciones las consignas que escucharíamos son aquellas que ya conocemos de memoria y que de todos modos oiríamos con o sin sanciones.

No será el fin del régimen, pero si el fin de su hegemonía

Evidentemente de que un embargo petrolero por parte de EE. UU. le generaría un tsunami al gobierno, de lo que no estoy claro es que ese tsunami lo hiciera naufragar. En todo caso, el gobierno perdería en un corto plazo su gran capacidad de controlar el país.

Venezuela está a punto de convertirse en un Estado fallido. Sus fronteras son permeables, grandes sectores del país escapan ya al control del gobierno central y este solo se está enfocando en sofocar la rebelión de su propio pueblo. Como dije anteriormente, el principal efecto que tendría un embargo petrolero sería liquidar con las bases materiales del régimen, ya no habría más dinero para financiar su cuerpo represor tanto nacional como el importado.

En este caso estaríamos ante la presencia de un Estado 100 % fallido, obligando al régimen a atrincherarse solamente en Caracas y algunas otras zonas dejando prácticamente en estado de naturaleza al resto del país. No es un escenario ideal, ni mucho menos, pero al menos distaría mucho de ser la Corea del Norte que los jerarcas del régimen al parecer quieren crear. Es mucho mejor encontrarse en un Estado fallido que en un Estado totalitario.

Las sanciones no serán suficientes, la intervención es necesaria

Aún con un tsunami social, quienes detentan de forma ilegítima el poder en Venezuela no cederán ante sus delirios, todo lo contrario, Venezuela seguirá en una espiral de violencia que la podrá convertir en la Siria de América Latina, produciendo una crisis humanitaria como nunca antes la historia de ese país vio y una avalancha de refugiados como el resto del continente no se imaginó.

Ante este escenario apocalíptico, es necesario que la comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos intervenga para restablecer el orden y proteger a la población de un gobierno asesino.

Como latinoamericanos siempre hemos crecido en un ambiente de crítica y rencores frente a Estados Unidos. Sin embargo, lo que tenemos que reconocer es que son precisamente los EE. UU. nuestro referente institucional y de progreso. Con todas sus fallas, como toda creación humana, es una de las potencias más humanitarias y de las que más ha contribuido en pro del progreso humano.

Estando en nuestro hemisferio, la crisis venezolana le presenta a EE. UU. un desafío doble: en primer lugar, el país del Norte no puede seguir observando, sin actuar, cómo un régimen asesina vilmente a su pueblo para establecer una tiranía norcoreana. Afortunadamente desde la elección de Donald Trump, los EE. UU. ya lo han hecho saber y lo están demostrando, todo ello a pesar de que el régimen chavista en un primer momento intentó tener relaciones cordiales con la administración Trump, la cual prefirió respaldar las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano.

El segundo desafío que presenta Venezuela a los EE. UU. es la constitución de un total Estado fallido, una especie de zona franca para grupos narcotraficantes y terroristas donde pueden terminar desestabilizando al resto de la región. El régimen chavista está convirtiendo a Venezuela en una nueva Siria, pero potencialmente pueden terminar convirtiendo América Latina en un nuevo Medio Oriente, afectando directamente los intereses de Estados Unidos y el resto de América Latina. Una intervención de las fuerzas armadas norteamericanas desarticularía en pocas horas todo el aparato represor del régimen y frenarían el apocalipsis que están construyendo.

Razones por las que veo más que probable que se termine efectuando a mediano plazo una intervención deteniendo la tragedia venezolana y garantizando la seguridad del hemisferio. Está en nosotros, venezolanos tanto dentro como fuera del país, crear una matriz de opinión favorable para que Estados Unidos venga en nuestra ayuda lo más rápido posible.

Cesar Sabas Fuentes, venezolano, Master en Ciencias Políticas y Master en Relaciones Internacionales. Actualmente se encuentra en Francia haciendo un doctorado y fue colaborador en CEDICE-Libertad.

Vía PanamPost.

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