Hijo de Lisbeth Añez: “Han diferido su audiencia tres veces porque no encuentran pruebas para incriminarla”

“Mamá Lis”, como es conocida la activista, pasó de visitar presos políticos a engrosar la lista de las más de 1.047 personas que según el Foro Penal Venezolano se encuentran detenidas por causas políticas. Un tribunal militar le imputó los cargos de traición a la patria y rebelión

Caracas.- Sacar pruebas para inculpar de donde no las hay es, según el hijo de Lisbeth Añez, la razón por la cual a su madre no se le ha realizado su audiencia preliminar. “Mamá Lis”, como es conocida por la opinión pública, cumplió el pasado sábado 19 de agosto 100 días de estar recluida en una celda del Helicoide por dedicarse a realizar donaciones de comida, medicinas y ropa a los presos políticos en distintos centros penitenciarios de la ciudad capital.

Luis González Añez, el hijo mayor de Lisbeth, relató cómo la mañana del jueves 11 de mayo su madre fue detenida cuando pretendía abordar un avión con destino a Estados Unidos. Luego de pasar la zona de inmigración, funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) la detuvieron, alegando que sobre ella pesaba una orden de captura por “complicidad con terroristas”.

La mujer, quien es administradora de profesión, se defendió y alegó que no era ninguna cómplice y que requería salir del país para tratarse una hepatitis C —que se le diagnosticó en junio de 2016— porque en Venezuela no encuentra los medicamentos, y como sus padres y hermanos están residenciados en el país norteamericano había tomado la decisión de tratarse la condición allí. No obstante, los efectivos no cedieron ante sus palabras, pero sí le dieron la oportunidad de comunicarse con un familiar.

El hijo destacó que a su teléfono llegó la llamada de un número desconocido, respondió y era su mamá: “Me detuvo la Dgcim. Avísale a tu hermano y a tu tía”. Luis destacó que esta seca y corta llamada inició su calvario, que ya lleva más de 100 días.

Tras esta conversación con su mamá, la incertidumbre y el no saber qué hacer se adueñaron del joven. Su primera decisión fue ingresar a Twitter. Introdujo el nombre de su mamá y vio como un abogado del Foro Penal Venezolano confirmaba su detención: “Lisbeth Añez fue detenida arbitrariamente en el aeropuerto de Maiquetía”. Al momento, le respondió: “Soy su hijo, por favor ayúdame. No sé qué hacer”.  El paso siguiente fue colocarse en contacto y los abogados de la organización le informaron los pasos a seguir.

| Foto: Cortesía

Traición a la patria por llevarles ropa a presos

Tras confirmar que su madre había sido detenida, Luis se puso a la tarea de ubicarla. Se trasladó en primer lugar a la sede de la Dgcim, en Boleíta. Luego de aproximadamente una hora, funcionarios le informaron que en efecto su madre estaba allí y que había sido presentada ante el tribunal militar cuartodel estado Vargas, en Macuto. Luego de la espera comentó que pudo hablar con ella, pero tras un par de minutos un efectivo le dijo: “Debes irte. La podrás ver mañana en el juicio”.

En efecto, para la noche del 12 de mayo se pautó el juicio de Lisbeth en Fuerte Tiuna. Sin embargo, no fue sino hasta la 1:30 de la madrugada del 13 de mayo cuando la juez encargada del caso decidió que la mujer sería recluida en el Helicoide y le imputó los cargos de rebelión militar y traición a la patria.

El hijo subrayó que las pruebas presentadas en contra de su madre se centraron en unos audios y conversaciones de WhatsApp que vinculan a Añez con un grupo de estudiantes que fueron detenidos una semana antes —y que también estuvieron presos en 2014— a quienes se dedicó a llevarles comida y ropa mientras permanecieron detenidos y cuando estuvieron en los campamentos de la llamada “resistencia”, ubicados en esa oportunidad en la plaza Alfredo Sadel, en Las Mercedes y Los Palos Grandes, por lo que fue calificada de “colaborar presuntamente con personas que organizan protestas”.

Luego de ser recluida en el Helicoide, Luis narró que tuvieron que pasar 24 días para que los funcionarios permitieran que la viera: “Mi madre requería reponer su dosis de pastillas para la hipertensión y ni con eso se apiadaron. Tampoco en el día de las madres me dejaron pasar”.

Desde el sábado 3 de junio, a González y a su hermano les aprobaron visitar a su madre los días miércoles, viernes, sábado y domingo; pero por motivos de logística de comida y tiempo van unas dos veces a la semana. Luis agregó que “cuando no he podido ver a mi mamá no ha sido por ella sino porque han pasado sucesos en las áreas comunes como las huelgas de hambre de los Polichacao u otros hechos que los efectivos no quieren que la visita vea y salga a comentar”.

Le han diferido tres veces la fecha de su audiencia

El 26 de junio, tras 45 días de su detención, la fiscalía decidió acusar a Lisbeth y le colocó fecha para una audiencia preliminar, la cual se fijó para el 17 de julio. Por “inconvenientes”, fue diferida para el 10 de agosto, pero esta audiencia tampoco se pudo realizar porque la juez a la que se le asignó el caso “tenía malestar”; en esa oportunidad la trasladaron para el 15 y en esta fecha se generó un tercer diferimiento, causado por no ser trasladada “a tiempo” al tribunal militar, pues queda en el sector Macuto del estado Vargas.

Tras este último inconveniente, los funcionarios pautaron la cita para el próximo 28 de agosto. No obstante, familiares y abogados desconocen si se dará otro aplazamiento, debido a que, según Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal Venezolano (FPV) y abogado encargado de su defensa, “la decisión que derivó en la orden de captura no está justificada porque carece de elementos de convicción”.

Tras el anuncio de la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Delcy Rodríguez, de trasladar los casos que fueron tratados en tribunales militares a ordinarios, el hijo de Lisbeth con voz de confianza aseguró: “Si la llegan a pasar a un tribunal civil la van a liberar de inmediato, porque sus cargos son completamente militares. Ese expediente no tiene sentido en un tribunal ordinario“. Recalcó que presume que las autoridades han prorrogado en tres oportunidades la audiencia de su mamá porque “no encuentran pruebas para incriminarla. Las pruebas que ellos tienen son insuficientes para tenerla encerrada”.

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