La noche anterior del fallido ingreso de la ayuda, Superlano y su asesor parlamentario y familiar celebraban con unas «amigas» cucuteñas, dando así un ejemplo de integración binacional entre Colombia y Venezuela.
Horas después fue seleccionado el campo de batalla, donde se ejecutaría la más encarnizada lucha cuerpo a cuerpo, el famoso Hotel Suite Penélope, una referencia obligatoria del turismo sexual en la ciudad fronteriza.
La batalla dejó bajas lamentables. Superlano casi pierde la vida, pero un primo del asambleísta no logró sobrevivir, víctima de la burundanga y el consumo desmedido de otras sustancias psicotrópicas.
Aprovechando que estaban fuera de combate, sus oponentes femeninas los despojaron de sus pertenencias, costosos relojes y 250 mil dólares destinados a logística y movilizaciones, del día siguiente, cuando se supone ingresaría la ayuda humanitaria a Venezuela.
Es de esperarse que el Comandante en Jefe Juan Guaidó «condecore» a Superlano y a los caídos en batalla, tras las heroicas acciones a favor de la liberación de Venezuela.