Caracas.- Detrás del ser rico es malo que ha intentado inocular el chavismo en la población venezolana desde hace años, se esconden los grandes lujos que se dan algunos de los funcionarios que han apoyado a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro, y también la buena vida que se han sus hijos y otros familiares.
Desde que el chavismo llegó al poder en Venezuela, han sido muchos los casos de corrupción que se han desvelado, y también los que han dejado en evidencia que los ataques en contra del imperialismo han tenido patas cortas. Se tratan de gastos que cualquier trabajador venezolano, que incluso gane más del salario mínimo, no podría darse en la llamada revolución bolivariana.
Muchos de los familiares de los personeros del Gobierno nacional mantienen una vida reservada para no dar de qué hablar, pero siempre hay algún dato o fotografía que termina filtrándose en internet. El medio español ABC refiere a un joven de 24 años, de ojos rasgados y cabello oscuro, al que pocos conocen y que suele frecuentar los clubes más costosos ubicados en Madrid, España.
El medio los describe como lugares “en los que las botellas desfilan coronadas con bengalas para que quede a vista de todos quiénes son los verdaderos dueños de la noche”. Se trata de Mitchell Padrino, hijo del ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, quien ya en una oportunidad aseguró que estaría dispuesto a dar su vida por defender la de Nicolás Maduro.
“Mitchell Padrino conoce bien los entresijos de la noche madrileña y encadena largas juergas sin importar el día de la semana que marque el calendario. Sabe bien cómo exprimir la madrugada a golpe de champán caro, cachimbas y mucho reguetón”.
Señala el medio que su guía en la gran ciudad española es Miguel Rodríguez, un deejay venezolano que tiene su misma edad y quien creó su propia marca y organiza fiestas en algunas de las discotecas con más renombre.
Cada vez que Mitchell quiere ser parte de una buena fiesta envía un mensaje al deejay para que gestione las listas son su nombre y los de sus amigos. Todos gozan el privilegio de entrar sin hacer cola e inmediatamente los ubican en el mejor reservados, en cuestión de segundos comienzan a llegar las botellas de alcohol y las cubiertas.
El hijo del ministro venezolano deja facturas épicas en lugares costosos. “Cuando se sale con Mitchell la diversión y los tragos están asegurados. Es otro nivel”, dijo a la ABC una persona cercana al entorno de Mitchell que pidió al medio no revelar su identificación.
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